«En verano, el hipertenso se expone a cuadros de deshidratación. El calor incide tanto en la dilatación de las arterias, como en la deshidratación, por lo que las personas transpiran mucho y si no toman el suficiente líquido, pueden tener problemas. Tanto la dilatación como la deshidratación son factores importantes para controlar en personas hipertensas»
En contrapartida, un día de calor puede facilitar el descenso brusco de la tensión arterial, cuadro conocido como hipotensión. «Esto genera algunos síntomas muy específicos y fáciles de identificar», entre los más comunes:
– Decaimiento
– Pesadez
– Vértigo, mareos y náuseas
– Sensación de agotamiento y atontamiento
– Dificultad para respirar
– Palpitaciones
– Rigidez en la zona de la nuca
«Si se presentan todos o algunos de estos signos y la situación se prolonga durante algunas horas, es posible que la persona llegue al desmayo», según explican los expertos «es posible mantener la hipertensión controlada con el debido tratamiento y algunas recomendaciones básicas».