1. Controla tus niveles de glucosa a través del tratamiento médico que tu especialista te recetó, ya sea con medicamentos orales o con insulina.
2. Monitorea la glucosa con regularidad.
3. Revisa tu actividad física.
4. Mantén una dieta balanceada y saludable.
5. Toma suficiente agua para mantener a la raya el hambre, prefiere infusiones y evita especialmente el café y el té verde porque alteran el sistema nervioso.
6. Come cada tres o cuatro horas como máximo.
7. Realiza cinco o seis comidas al días, tres comidas principales y dos o tres aperitivos.
8. Consume el total de tu alimentación, máximo 40% de carbohidratos y prefieres aquellos con bajo índice glucémico.
9. Come alimentos ricos en fibra y proteínas.